Desde hace algún tiempo venimos hablando de emisiones de carbono y de cómo las emisiones sintéticas o combustibles sostenibles podría ayudarnos a reducir estas emisiones en un tiempo récord, a pesar de que las administraciones supranacionales están decididas a ocultarlas o prohibirlas por completo.
Mientras las administraciones intentan electrificar el parque de automóviles, los fabricantes exploran nuevas áreas que permitirían convertir el parque actual en un parque de bajas emisiones.
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Combustibles sostenibles
Los combustibles sostenibles se fabrican a partir de materiales renovables para sustituir a los combustibles fósiles. Estos materiales o ingredientes que son para la producción de combustibles sostenibles también deben cumplir criterios de sostenibilidad en cuanto a uso del suelo, huella hídrica, etc.
Actualmente existen varios tipos de combustibles sostenibles. Pueden ser biocombustibles de segunda generación, elaborados a partir de residuos agrícolas, como paja, subproductos o residuos de cultivos que no estarían destinados al consumo. También pueden ser combustibles minerales sintéticos, creados en un proceso químico.
Los combustibles sostenibles son sostenibles porque reciclan eficazmente el carbono. El carbono del combustible sostenible se produce a partir de la atmósfera durante el proceso; por ejemplo, los productos agrícolas absorben CO2 a medida que crecen. Una vez convertido en combustible y quemado, este mismo carbono se libera a la atmósfera. Luego las plantas pueden volver a recogerlo para convertirlo en más combustible y así repetir el ciclo. Los combustibles fósiles, por otra parte, han conservado su carbono de forma segura durante millones de años. Y quemarlo libera más CO2 a la atmósfera, produciendo lo que los expertos dicen que es un exceso de emisiones.
Si el combustible sostenible es tan bueno para el medio ambiente, ¿por qué no se utiliza más?
Los combustibles sostenibles han quedado marginados por la forma en que las administraciones miden el impacto ambiental. El sistema de medición actual sólo está diseñado para analizar las emisiones del tubo de escape. No es el análisis del ciclo de vida más significativo que también tiene en cuenta los contaminantes creados en la producción y eliminación de un vehículo y su fuente de combustible.
Los combustibles sostenibles generan emisiones de escape, pero es el mismo CO2 que se produjo durante el proceso de producción.
Teniendo en cuenta que el combustible sostenible podría introducirse mucho más rápidamente que la transición a la electricidad, creemos que esto es algo que deberíamos considerar muy seriamente para ayudar a abordar lo que se ha llamado la emergencia climática.
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