Una empresa llamada Cat Shield vende el escudo de aluminio no sólo para el Prius, sino también para muchos otros modelos de Toyota, incluidos el Corolla, RAV4 y Tacoma.
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El robo de convertidores catalíticos es una epidemia en Estados Unidos. Un estudio de la Oficina Nacional de Delitos contra Seguros indica que los robos aumentaron en 325% entre 2019 y 2020. Los ladrones buscan los metales preciosos en estos dispositivos de reducción de emisiones. El mes pasado, los federales arrestaron a una pandilla de 21 personas y, a principios de este año, el estado de Nueva York también anunció una importante ofensiva.
Por diversas razones, los automóviles y camiones japoneses de alta gama se encuentran entre los objetivos más frecuentes. Existen en el mercado varios protectores de recambio para evitar estos robos, y ahora la propia Toyota ofrece uno para el nuevo Prius.
Es una pieza de aluminio fabricada por Cat Shield y se ofrece como parte del nuevo programa de Productos de Accesorios Asociados de Toyota, una línea de productos de terceros que se ofrecen en los concesionarios Toyota. El escudo del convertidor catalítico para el Prius cuesta R$ 700, más el costo de instalación.
Los concesionarios Toyota pueden instalar la protección, aunque como la instalación no requiere perforación, los clientes pueden instalarla ellos mismos si lo desean.
Los modelos Honda también pueden tener uno. Cat Shield ofrece otros protectores de convertidor catalítico para modelos populares de Toyota (además del Honda Accord y Element), y el fabricante de automóviles ha confirmado que ofrece protectores para Tundra, Sequoia, Tacoma, 4Runner, Corolla y RAV4, con más por venir.
Francamente, esto parece una locura. Pero una búsqueda rápida en el sitio web de repuestos de Toyota muestra que los convertidores catalíticos para el año modelo 2022 generalmente cuestan más de R$5,000, y las camionetas como la Tundra necesitan dos por más de R$6,000 cada una.
Esto es antes de la instalación y del dolor de cabeza de tener su automóvil fuera de servicio mientras lo reparan. Quizás un ladrón ingenioso y decidido podría atravesar el escudo, pero es más probable que simplemente avance hacia un objetivo más fácil. En definitiva, se trata de dinero bien gastado.
